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suponiendo que estaba vac�a, sólo para arreglar un asunto de la ciudad. Los
tuyos empezaron a disparar, y creyó que hab�a dado por azar con la guarida de
Thaler. Cuando tomó conciencia de que estaba en su terreno, perdió la razón y
lo incendió todo.
Thaler me sonre�a tanto con la boca como con sus ojillos duros. Reno era una
masa inerte. Elihu Willsson acercaba el cuerpo hacia m� con ojos activos e
incr�dulos. No s� qu� hac�a Noonan; me era imposible mirarle.
Si controlaba el juego, estar�a en buena situación, sino, estar�a perdido.
 A los muchachos se les pagaba para correr riesgos  dijo Pete . Respecto
a los otros, se puede cerrar la operación con veinticinco de los grandes.
 De acuerdo, Pete  dijo Noonan veloz y preocupadamente . Cuenta con
ellos.
Cerr� con fuerza la boca para no re�rme del p�nico que trasluc�a su voz. Ahora
si pod�a mirarle. Estaba derrotado, destrozado, dispuesto a todo con tal de
salvar su redondo cuello o al menos intentarlo. Le mir�.
No me devolvió la mirada. Estaba sentado abstra�do, tratando de simular que
no les tenia miedo y pensando huir de esas fieras a las que yo le hab�a
lanzado.
Volv� la cabeza en dirección a Willsson y continu� mi labor:
 Mejor seria que nos pusiera antes al corriente de las averiguaciones para
saber qui�n tiene razón y qui�n no  dijo Thaler.
Acept� de buen grado:
 Noonan deseaba agarrarte  le dije , pero recibió, o esperaba recibir, un
mensaje de Yard y Willsson, aqu� presente, orden�ndole que te dejara
tranquilo. Pensó que si organizaba un atraco al Banco, y pod�a inculparte, ellos
le dejar�an y �l tendr�a las manos libres para v�rselas contigo cara a cara. Yard
es el que decide los atracos de la ciudad. O sea, que en apariencia, t� te
met�as en su terreno y te llevabas el dinero de Willsson. Y, claro, tanto a uno
como a otro el atraco les molestar�a, y se decidir�an a ayudar a Noonan en sus
propósitos. Noonan ignoraba que estuvieses aqu�.
- Reno y los suyos estaban a la sombra. Reno era de los de Yard, pero le
traicionar�a sin pens�rselo dos veces. Ya hab�a acariciado la idea de poder
quitarle a Lew la ciudad.
Mir� a Reno y le pregunt�:
 �Me equivoco?
Dijo con cara petrificada:
 T� sabr�s.
Continu�:
 Noonan se inventó lo del soplo de que t� estabas en Cedar Hill y se
encaminó al lugar con sus muchachos menos estimados, es m�s, recogiendo
por el camino a los que estaban de servicio en Broadway para dejarle el
camino libre a Reno. McGraw y los polic�as que estaban informados del asunto,
dejaron escapar a Reno y su pandilla de la c�rcel a escondidas, cometer el
atraco, y regresar a la c�rcel sin despertar sospechas. Excelente coartada.
Pasan un par de horas y salen bajo fianza.
- Parece ser que Lew Yard se dio cuenta de lo que pasó. Y mandó a Jake el
Holand�s y a otros varios a Silver Arrow para decirle a Reno y los suyos que no
deb�an trabajar por libre. Pero Reno pudo escapar y huir. La cuestión se
simplificaba para uno o el otro. Reno procuró dominar �l la situación y esperó a
Lew esta ma�ana a la puerta de su casa, con una pistola. Lew sab�a lo que
hac�a, de lo contrar�o, ahora ver�amos en su silla a Lew Yard, pero el pobre
est� en la nevera.
Todos permanec�an inmóviles, y quer�an que estuviera claro que no se mov�an.
All� nadie ten�a amigos. Cualquier movimiento en falso pod�a costar caro.
Reno no reflejó en su rostro el efecto que le causaron mis palabras.
Thaler susurro con un hilo de voz:
 Olvidas algo.
 Ah, s�, Jerry  dije, comprobando que yo era el animador de esa reunión .
Sobre �l iba a hablar ahora mismo. No s� si logró fugarse cuando lo hiciste t� y
si le detuvieron, o si no se fugó y por qu�. Tampoco s� si participó en el atraco
por decisión propia. El caso es que fue, lo mataron, y lo dejaron tirado en la
puerta del banco porque era tu brazo derecho y as� las cosas se volver�an
contra ti. Lo escondieron en el coche hasta el momento de huir. Entonces lo
empujaron a la acera y le dispararon por detr�s, ya que cuando le mataron
estaba de cara al banco y de espalda al coche.
Thaler miró a Reno y le dijo:
 �Qu� dices a eso?
Reno le observó con los ojos mortecinos y preguntó sin alterarse:
 �Qu� pretendes?
Thaler se puso en pie, y se fue de la habitación declarando:
 Yo dejo la partida.
El Finland�s se levantó, apoyó en la mesa sus manazas huesudas y habló con
voz profunda:
 Susurro  cuando Thaler se paró y se dio la vuelta, prosiguió : Esc�chame
bien, Susurro, y todos los dem�s. Se acabaron los tiros. �Est� claro para
todos? Hay que tener un poco de sentido com�n para saber qu� es lo m�s
conveniente. Os lo dir�. Estos alborotos no benefician los negocios. Y no voy a [ Pobierz całość w formacie PDF ]
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